Amigos for Christ
En 1997, John Bland vino en un viaje a Chinandega, Nicaragua. En ese momento era un líder juvenil en la Iglesia Católica Prince of Peace en Buford, GA, y llevo a su comunidad videos de la pobreza que había presenciado y una visión para armar un proyecto de servicio para la primavera de 1999.
Movidas a la acción, las integrantes del grupo de jóvenes Sarah Bollinger y Jessica Keifer dirigieron una serie de eventos para recaudar fondos y ganaron suficiente dinero para construir una pequeña cafetería en una de las comunidades locales. Sin embargo, antes de que pudiera llevarse a cabo el viaje, el huracán Mitch azotó Nicaragua en octubre de 1998, provocando deslizamientos de tierra en el volcán Las Casitas que destruyó las aldeas agrícolas de los alrededores, matando a 3,000 personas y desplazando a cientos de familias en Chinandega.
Entonces, Amigos for Christ se formó como una organización benéfica independiente 501c(3) en junio de 1999 con John Bland como director ejecutivo, el difunto Jack Schiveree como presidente de la junta y una guía para servir al Señor sirviendo a los pobres.
Desde entonces, Amigos se ha convertido en un ministerio de desarrollo comunitario interdenominacional que ha brindado varios millones de dólares en ayuda a los pobres y se compromete a creando oportunidades para que prosperen las comunidades y las familias.
Creemos que el cambio de vida transformador ocurre a través de una combinación de hacer que las oportunidades sean accesibles y reducir los obstáculos prevenibles para el crecimiento, todo dentro del contexto de relaciones intencionales a largo plazo con énfasis en el liderazgo comunitario. En los últimos años, hemos reducido nuestro enfoque para lograr cinco objetivos medibles en el transcurso de siete años: un proceso que llamamos nuestra Visión de 7 Años – en cada comunidad donde trabajamos. Cada uno de estos objetivos ha sido identificado a través de nuestras décadas de experiencia trabajando en zonas rurales de Nicaragua, desarrollado en colaboración con un personal diverso de empleados estadounidenses y nicaragüenses, así como la rama relevante del gobierno de Nicaragua, y diseñado para ser medible a fin de evaluar el eficacia y garantizar el éxito.
Además, nos acompañan miles de socios que viajan a Nicaragua en viajes misioneros cada año para apoyar estos proyectos, así como innumerables generosos donantes y voluntarios. Juntos, podemos vivir nuestra fe al hacer que Cristo sea más visible entre nosotros y para nuestros hermanos y hermanas en toda Nicaragua.